PUEBLA, PUEBLA.- Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP propone un nanomaterial el cual utiliza baba de caracol, como una alternativa farmacoterapéutica para el tratamiento de lesiones en extremidades de pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), siete de cada 10 diabéticos sufren amputaciones de alguna extremidad inferior, lo que afecta la calidad de vida del enfermo, de ahí, que en la BUAP ha desarrollado una solución.
Investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) sintetizaron un nanoreservorio de óxido de zinc, adicionado con tres gramos de secreción de un caracol de jardín de la especie Cryptomphalus aspersa.
7 de cada 10 diabéticos sufren amputaciones de alguna extremidad inferior, lo que afecta la calidad de vida del enfermo
Al aplicar este nuevo tratamiento, un polvo que salvó de la amputación la pierna de un paciente, los científicos demostraron que su fórmula da mejores resultados que algunas tradicionales. En donde el secreto es la baba de caracol.
Los especialistas de la máxima casa de estudios en la entidad poblana proponen este nanomaterial como una alternativa farmacoterapéutica en el tratamiento de esas lesiones, pues además de efectivo, es más barato y su rango de seguridad mucho mayor.
Refieren en un comunicado que las lesiones minúsculas llegan a convertirse en úlceras, las cuales -al no atenderse correcta y oportunamente- llegan a propagar la infección a otras partes del cuerpo y dejan como única opción la amputación.
De ahí, que los investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP aplicaron la sustancia en la reparación tisular de un paciente originario del municipio de Tecamachalco, Puebla.
La persona tenía una úlcera varicosa crónica en la parte inferior de la pierna izquierda (poco arriba del tobillo externo), y de esa manera ver cómo incidía en el proceso de reemplazo de células muertas o dañadas por sanas.
El nanoreservorio mucus/ZnO-3-40 –nombre asignado a la sustancia en cuestión- fue aplicado en forma de polvo directamente en la herida y zonas próximas (piel ubicada dentro de un radio no mayor a los ocho centímetros con respecto a la llaga).
Señalaron que, durante cinco meses, llevaron a cabo esto como un complemento o alternativa al tratamiento suministrado por la institución clínica que lo atendía.
Los científicos mencionaron que, al inicio, el enfermo mostraba una úlcera profundamente infectada, la piel circunvecina sufría cambios de coloración; era oscura.
Sufría un cuadro clínico severo de úlcera varicosa, es decir muerte celular a nivel superficial y profundo, provocada generalmente por una insuficiencia venosa y la falta de nutrientes en las venas.
Ante dicho cuadro clínico sus médicos sugirieron la amputación de la extremidad dañada, como se suele recomendar en la mayoría de estos casos.
Pero a los 46 días de haberse aplicado el nanoreservorio mucus/ZnO-3-40 apreciaron una disminución en la longitud de la úlcera, aunque persistía el mismo tamaño a lo ancho.
“Afortunadamente para el paciente, en este tiempo se notó cierta regeneración de tejido y un cambio en la coloración de la piel, hacia su estado normal”, resaltaron.
Después de tres meses con 15 días respecto a la primera aplicación, observaron que el tamaño era significativamente menor y la presencia de costra melicérica sin infección, por lo que ya no se necesitaría de la mutilación para garantizar la salud del paciente.
Así, con este tratamiento, se logró conservar la pierna y calidad de vida de esta persona que trabaja vendiendo antojitos mexicanos, de ahí que, en cuatro meses y 20 días, los investigadores apreciaron una recuperación impresionante de tejido celular.
Indicaron que persistieron algunas áreas de piel con cambios de coloración y con menor resequedad en comparación con la zona circunvecina, pero el nanoreservorio dio prueba de su capacidad para actuar rápida y efectivamente en la regeneración tisular y en sanar la úlcera varicosa o lo que quedaba de ésta.
Al respecto Albino Moreno Rodríguez, científico de la BUAP que forma parte del equipo que desarrolló este proyecto, enfatizó que el proceso de regeneración epidérmica es capaz de formar tejido como el preexistente en gran parte gracias a los taninos, encargados de la regeneración tisular.
Señaló que el nanoreservorio de mucus/ZnO-3-40 gestiona en muchos ámbitos este tratamiento como un catalizador del mucus (secreción) del caracol Cryptomphalus aspersa, por lo tanto, el ciclo de cicatrización–renovación tisular es en gran medida debido a la redistribución del zinc a la zona de lesión. (Fuente: Exelsior).
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