Joven de Pto. Morelos que llevaba a amigos a su hotel es confundido con un conductor de Uber; su coche fue al corralón y podría pagar 60 mil pesos
PUERTO MORELOS, Q. Roo.- José “Joe” Hernández Chávez, el conductor de 22 años detenido, insultado, intimidado y amenazado por choferes del Sindicato de Taxistas “Lázaro Cárdenas del Río” de Playa del Carmen el pasado miércoles al confundirlo con un operador de Uber, es un joven residente de Puerto Morelos, empleado en la industria gastronómica.
Actas en mano y acompañado de su familia política (es mexicano-estadounidense) pide a su suegro y novia ser interlocutores de sus declaraciones. Está pasando por un shock emocional derivado de los acontecimientos por los que recuperará su automóvil el próximo lunes, pasado el puente del Mes Patrio, ya que la unidad fue retenida por inspectores de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) en el corralón. Está consciente de que no recuperará su cartera que le fue quitada por los enfurecidos taxistas en la confusión, pero le preocupa que allí tiene sus identificaciones personales.
En Puerto Morelos, el incidente ha cobrado indignación pues el joven, que vive con una conocida familia de la localidad desde hace dos años, ni siquiera ha tomado en cuenta que sacar la unidad del retén podría costarle casi 60 mil pesos de acuerdo con un cálculo de la Ley de Tránsito, Transporte y Explotación de Vías Carreteras para el Estado de Quintana Roo. La agresión significa que ningún particular podría recoger a sus familiares o amistades porque lo van a confundir con Uber. “Es injusto”, subraya Juan Carlos González, suegro de José.
Explica que el pasado 14 de septiembre, poco después de las 9 horas, acudió a recoger a dos amistades que llegaron de Canadá y le solicitaron los trasladara a su hotel, el Mayan Palace, cuando fue confundido con un operador de Uber.
Los hechos fueron recogidos en el Acta de Lectura de Derechos de la Víctima número de caso FGEJQR/SOL/09/3741/2016 interpuesta en la Unidad de Atención Temprana con sede en Playa del Carmen. La amarga experiencia que vivió con sus amistades son hechos también señalados en el Acta de Inspección 4151 levantada por la Dirección de Comunicaciones y Transportes de la Sintra.
José accede a una entrevista después de hospedar a sus amistades en el Mayan Palace, después de las 21 horas, cuando la pesadilla terminó. En la interlocución de Joe intervienen su novia y su suegro, Carla González Zamora y Juan Carlos González Uribe, residentes en Puerto Morelos.
“Todo comenzó a las 9 de la mañana cuando había acordado recoger a unos amigos que vienen de visita a la Riviera Maya en su hotel, que es el Mayan Palace. Estos amigos son una pareja de la tercera edad que son de China pero radican en Canadá. Acordaron que José los recogiera pero, al subir, la pareja entra rápidamente al auto agitada y le dicen enseguida que arranque. José pensó que quizá traían prisa pero no había avanzado más de 100 metros cuando un taxista se le cierra, delante del Mayan Palace, y le dice que no se pueden ir de ahí”.
Explica que la desesperación se apoderó de José y sus acompañantes: “Para ese momento ya estaban llegando otros tres vehículos. Les dicen que son amigos pero comienzan a presionar a José y ya son más taxistas diciéndoles que no se pueden ir, que si quiere recoger turistas tiene que pagar una cuota. Son 12 taxistas y cuatro taxis de Playa del Carmen los que le cierran el paso. Le siguen diciendo que es de Uber y Joe les dice que no, que no sabe si Uber está en Cancún. José tiene dos años viviendo en Puerto Morelos”.
“Un taxista le dice que le van a ponchar las llantas y en eso escucha el ruido de aire saliendo de un neumático. Es un taxista que con una navaja le pinchó una llanta”
Carla González da declaraciones que exhiben un acto impune: “un taxista le dice que le van a ponchar las llantas y en eso escucha el ruido de aire saliendo de un neumático. Es un taxista que con una navaja le pinchó una llanta. Adentro del vehículo, un Sedán Toyota Yaris, propiedad de José, sus amigos Winnie y Danny le toman una foto al taxista ponchando la llanta. Hay muchas fotos comprobando esta agresión y las siguientes. José se baja para reclamar al taxista, le pide su identificación, el cual, obviamente, se la niega. Cuando regresa a su carro se percata de que no está su celular en el asiento del piloto donde lo dejó. Cuando sube un sujeto y le avienta el celular. Finalmente consiguen irse, el plan era ir a comer a Playa del Carmen, pero José regresa con los turistas a Puerto Morelos para cambiar su llanta y en Puerto se da cuenta de que no tiene su cartera, que se la quitaron los taxistas. Dentro tiene su licencia de conducir, por lo que deciden que sea Danny, uno de los turistas residentes de Canadá el que maneje, porque sí trae licencia de conducir, y es cuando regresan a Playa del Carmen. Danny viene conduciendo pero se sienten molestos por el acoso de los taxistas, que ya los vieron entrar a la ciudad y empiezan de nuevo a perseguirlos”.
Al llegar a la calle 12 con la 20, los turistas hicieron una parada para ir a una oficina donde alquilaron el tiempo compartido. Al regresar al auto ya tenían cuatro taxis atrás intentando bloquearles el paso. José consiguió esquivarlos dando vuelta a la avenida Constituyentes, donde los volvieron a bloquear y ya no los dejaron ir. Los taxistas se bajaron de los auto y comenzaron a violentar a los turistas y a José al grito de“fuera Uber”.
En corto tiempo se juntaron alrededor de 100 taxistas, bloquearon el tráfico, golpearon el carro y los agredieron verbalmente. Ya no sólo estaban molestos sino asustados por esta situación, por lo que decidieron no bajar del auto por temor a que les hicieran algo o los golpearan. José señala a un taxista que, con un anillo grande, golpeaba las ventanas: “el auto tiene una abolladura en el costado, el lado del copiloto”.
José Hernández asegura que en este remolino humano había líderes del sindicato de taxistas, a quienes identifican los mismos choferes: “No hicieron nada, estaban conscientes de lo que sucedía y los choferes los identificaban. Llegó la policía y les pidieron ayuda, ni los detuvieron, hay miedo porque José sabe de casos donde los taxistas se ponen violentos y José le pidió a los policías que arrestaran a algún taxista por los daños a su coche, ¡pero la policía no hizo nada!, sólo dijeron que estaban ahí para controlar la situación. Le preguntaron quién era dueño del carro, a lo que respondió que él mismo. Les explicó que Danny manejaba porque a él le robaron la cartera con su licencia en el altercado de la mañana. Y de ahí llega la grúa y, sin consentimiento de José, se llevan el auto ¡con los pasajeros arriba! Nadie ayudó”.
A las 17:30 horas, Carla González acudió a la Fiscalía acompañada por sus padres, para ayudar a su novio y sus amigos. “Nos dicen que el sindicato de taxistas es la autoridad en el caos y fue el sindicato el que levantó la queja contra José, por lo que la policía dice estar cumpliendo órdenes sin cerciorarse que la víctima es José, con su auto detenido y acompañado por sus amigos extranjeros quienes vinieron a vacacionar pero son ahora protagonistas de un escándalo que será mundialmente conocido, pues lo que vivieron no se lo desean a nadie. Les tocó estar detenidos esperando el carro y grabaron a los trabajadores de las grúas para tomar evidencias de la situación. Ellos no se quieren dirigir a nosotros y dicen que vayamos a la autoridad a pagar una multa para que nos entreguen el carro”.
“Los turistas se encuentran afectados por la situación. Les enoja haber vivido lo que se dice en el extranjero de México sobre la corrupción y la violencia”
Recuerda que, poco después de las 15 horas, acudieron a la oficina local de Sintra en Playa del Carmen pero estaba cerrada y ni siquiera tenía horario de atención colocado en la puerta. “Por eso fuimos al Ministerio Público en la Fiscalía General a levantar una queja, estuvimos ahí horas por el procedimiento hasta que le toman la declaración y se elabora el acta. José es dueño del auto, Danny y Winny son personas de las tercera edad, entre 66 y 67 años, Joe es mexicano que ha radicado en el extranjero. No hubo daños físicos. Los turistas se encuentran afectados por la situación. Les enoja haber vivido lo que se dice en el extranjero de México sobre la corrupción y la violencia porque, a pesar de las grandes campañas turísticas que hacen de este destino, les tocó vivir que todo lo que se platica en el tema de la violencia e inseguridad y les frustró haber vivido esta situación en sus vacaciones”.
Fotos: David Zarco
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