Las lluvias e inundaciones en Bolivia han dejado desde noviembre hasta el momento al menos trece personas fallecidas y más de 9.000 familias entre afectadas y damnificadas, informó este domingo el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
“Tenemos el reporte de trece personas fallecidas, tomando en cuenta las siete iniciales que perdieron la vida en el municipio de Mapiri” en el norte de La Paz el pasado noviembre, precisó Calvimontes en una entrevista con el canal estatal Bolivia TV.
Según la autoridad, unos 55 municipios en siete de los nueve departamentos bolivianos sufren los efectos de las riadas e inundaciones, sobre todo en la región oriental de Santa Cruz, la más poblada y motor económico del país, donde la situación “es crítica”.
Hasta el momento se tienen 8.148 familias afectadas y más de mil damnificadas, explicó Calvimontes, quien suele aclarar que los afectados sufren de manera indirecta los efectos de las inundaciones, mientras que los damnificados tienen pérdidas de consideración y requieren ayuda humanitaria.
También detalló que hay más de 3.000 hectáreas de cultivos “con una afectación de consideración” y otras mil hectáreas “con la pérdida total de la producción”, además de 5.000 cabezas de ganado afectadas.
Además las lluvias dañaron más de 400 viviendas, de las cuales “unas 80 ya están irrecuperables” y se tendrá que ver un plan para reconstruirlas, agregó.
Según Calvimontes, uno de los eventos más recientes fueron las crecidas de los ríos cruceños Grande, Piraí, Ichilo y Cotoca, este último inundó el municipio de Pailón.
En las últimas horas, la autoridad verificó mediante un sobrevuelo en la zona la magnitud de estos desbordamientos que han dejado daños “de mucha consideración”, sobre todo en los cultivos.
Cuatro comunidades en el municipio cruceño de San Julián quedaron incomunicadas, por lo que en las próximas horas Calvimontes llegará a estos lugares con un helicóptero Súper Puma para el rescate y evacuación de 32 personas atrapadas allí por las inundaciones.
El presupuesto para el plan nacional de emergencias de la gestión 2021 equivale a unos 9,4 millones de dólares y aun se tiene un “saldo considerable” que permitirá atender las emergencias que se sigan presentando incluso durante el primer mes de 2022, según el funcionario.
La época de lluvias en el país suele iniciarse en noviembre y normalmente se extiende hasta marzo, con mayor intensidad en enero y febrero, aunque Calvimontes precisó que en esta ocasión los temporales fuertes se adelantaron a diciembre.
Según las previsiones meteorológicas, vendrán “días mucho más complejos”, pues el efecto de las crecidas de ríos se verá recién en unas semanas en las regiones que por ahora no están siendo afectadas, alertó el viceministro.
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