Investigadores de ciencias biomédicas en Nueva York han encontrado una correlación entre las tasas de mortalidad para la COVID-19 y las políticas de vacunación universal para la tuberculosis.
A pesar de que este estudio no es concluyente, puede ser un camino a seguir en la lucha contra esta pandemia.
La mayoría de las investigaciones sobre COVID-19 son emergentes por tratarse de un virus reciente, del cual se desconocen muchos comportamientos y efectos.
Lo que ha derivado en diversas líneas de investigación que en una carrera contra el tiempo siguen los científicos.
Esta investigación fue presentada a finales de marzo del 2020 en medRxiv, un proveedor global de conocimientos de atención médica que fue fundado por Cold Spring Harbor Laboratory (CSHL), la Universidad de Yale y BMJ.
Como se trata de investigaciones en proceso, sin concluir, la OMS pide cautela en su aplicación en la práctica a través de sus comunicados.
IMPACTO EN OTROS PAÍSES
A decir de los autores de este estudio, el impacto de la enfermedad ha sido diferente en algunos países que otros.
Estas diferencias las atribuyen a las normas culturales, a los esfuerzos de mitigación y a la infraestructura de salud.
Los doctores Aaron Miller, Mac Josh Reandelar, Kimberly Fasciglione, Violeta Roumenova, Yan Li y Gonzalo H. Otazu:
Avfirman haber encontrado una explicación para las diferencias nacionales en el impacto de COVID-19.
Y que estas podrían explicarse parcialmente por las diferentes políticas nacionales con respecto a la vacunación infantil de la vacuna de la tuberculosis conocida como Bacillus de Calmette-Guérin (BCG).
Que ofrece una amplia protección contra infecciones respiratorias. En México, esta vacuna es aplicada a todos los niños y niñas desde el nacimiento.
El estudio sugiere que los países sin políticas de vacunación universal con BCG (Italia, Países Bajos y EUA) se han visto más severamente afectados en comparación a países con políticas de BCG universales.
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