CHETUMAL, Q. ROO.- De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, en lo que va del año en Quintana Roo se han registrado mil 611 casos de varicela, lo cual representa una disminución de 381 padecimientos del número total registrado durante 2017, año en el que se identificaron mil 992 casos.
La disminución de padecimientos se debe principalmente a las acciones de promoción de las medidas para la prevención de enfermedades, que se presentan con mayor frecuencia durante la temporada de calor, como la varicela.
Se invita a la comunidad a tomar medidas de higiene como el lavado frecuente de manos y no tener contacto directo con personas que tengan el padecimiento para evitar así el contagio de esta enfermedad.
La varicela es una enfermedad muy contagiosa causada por el virus varicela-zoster, de la familia de los herpes virus. Se transmite de persona a persona, ya sea por contacto directo con las lesiones cutáneas o por vía aérea a través de las microgotas de saliva proyectadas tras expulsarse mediante la tos o los estornudos.
Es una enfermedad generalmente benigna causada por el virus de varicela-zoster, uno de los padecimientos clásicos de la infancia, que en los niños suele ser leve, pero en adolescentes, adultos, pacientes crónicos, inmunodeprimidos y personas con problemas de adicciones tiene mayor riesgo de complicaciones de infecciones en la piel y/o neumonía.
El periodo de incubación de la enfermedad dura entre dos y tres semanas, y se caracteriza por la aparición de erupciones o manchas rojas en la piel que luego se transforman en vesículas y se presentan en todo el cuerpo e incluso en las mucosas (boca, conjuntivas y órganos genitales).
En el periodo de tiempo que transcurre antes de que aparezca la erupción, generalmente uno o dos días, suelen presentarse síntomas como fiebre, dolor de cabeza, malestar general, pérdida de apetito y/o vómitos. Estos síntomas suelen persistir durante los primeros días de la enfermedad.
Este padecimiento suele curarse o desaparecer entre siete y 10 días, y genera inmunidad permanente. Es importante aislar al enfermo durante la fase contagiosa de aquellas personas que no han padecido la enfermedad, en especial de los de mayor riesgo: adultos, adolescentes, embarazadas e inmunodeprimidos.
Considerando que en gran parte de los casos se presentan síntomas respiratorios, se aconseja que, al toser o estornudar, las personas enfermas deben cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable o con el ángulo que forman el brazo y el antebrazo.
Se recomienda evitar la automedicación y se invita a la población a que si alguno de sus familiares reporta síntomas de este padecimiento lo lleve al centro de salud más cercano para su atención.
Se le solicita a los padres de familia a que -en el caso de que su hija o hijo contraiga el padecimiento- hablen con las autoridades del plantel educativo al que asiste el menor para que se le permitan ausentarse y permanecer en su hogar en tanto se restablece su salud.
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