Romain Grosjean sufrió un accidente de los más grandes en la historia de la Fórmula Uno.
El auto explotó y se partió a la mitad al comienzo del Gran Premio de Baréin, sin embargo Grosjean sobrevivió milagrosamente.
El auto del francés golpeó la pared en 53G y estalló en una bola de llamas, partiendo su chasis por la mitad y, sorprendentemente, enviándolo a través de las barreras.
Las cámaras de televisión cortaron y la carrera se detuvo.
El piloto Romain Grosjean enfrentaba la curva tres del circuito e intentó pasar al lado derecho de la pista, tocando la rueda derecha trasera con el monoplaza de Daniil Kvyat.
El francés se fue directo a la barrera de protección y al momento el vehículo se vio rodeado de llamas.
Los asistentes de pista se dirigieron a apagar las llamas y lograron ayudar a Grosjean a salir del fuego
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