En medio de apagones y escasez de gasolina, la supervivencia diaria en las regiones del interior de Venezuela se hace mucho más compleja en medio de la cuarentena obligatoria ordenada por Nicolás Maduro y el control social que han ejercido políticos locales.
En el Estado de Lara se prohibió la circulación de personas entre las dos de la tarde y las siete de la mañana, medida acompañada de un intenso patrullaje.
Desde Trujillo denuncian humillaciones a ciudadanos en Boconó por funcionarios de la policía, quienes obligan a hacer sentadillas a quienes salen y regresan a sus casas, humillándolos públicamente. Exigimos respeto a la dignidad humana de los venezolanos. pic.twitter.com/l8Xf2FMNDD
— PROVEA (@_Provea) April 29, 2020
“A quienes han agarrado en la calle les han aplicado estos castigos físicos bajo una pedagogía propia de los cuarteles”, dice Nelson Freitas, coordinador de la Red de Derechos Humanos de ese Estado.
Los policías, detienen a la gente con incumplimiento, los obligan a hacer una rutina y los dejan libres una vez terminada.
Aunque el Gobierno ha asegurado que gracias al estricto cumplimiento de la cuarentena se ha logrado mantener bajos los números de contagios de coronavirus 320 infectados y 10 fallecidos.
Venezuela atraviesa su séptima semana en un confinamiento que ha sido mucho más costoso para un país en el que más del 60% de la población vive al día.
Un país aquejado además de una escasez de combustible que ha limitado mucho más la movilidad y la crisis de servicios.
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