Se llama Julia, tiene 8 años y ha pasado 17 horas bajo los escombros. Un terremoto ha reducido a cascotes su casa de Amatrice. Bajo ellos, un bombero vio primero un pie, luego la pierna y luego la otra pierna. Y allí estaba Julia. Viva. Sin decir ni una palabra. Conmocionada.
La niña ha sobrevivido al seísmo de 6 grados que ha asolado el centro de Italia la madrugada del miércoles que deja ya un balance provisional de, al menos, 247 muertos. Por suerte, la de Julia no es la única historia de esperanza que deja la tragedia.
Unas horas antes, los bomberos habían rescatado a un niño, entre los aplausos de la gente. Sergio Pirozzi, alcalde de Amatrice, una de las localidades más afectadas, trata de animar a sus vecinos: “Lo hemos perdido todo, pero ahora necesitamos esperanza.”
La situación más dramática se vive en Amatrice, el municipio más grande de los afectados. Tiene una población de 2 mil personas y, en los meses de verano, dobla su población con los veraneantes. Allí se sigue excavando con todos los medios y ayudados con unidades caninas y lámparas en búsqueda de posibles supervivientes entre los cascotes. Según su alcalde, hay, al menos, un centenar de desaparecidos.
Fuente: El Huffington Post