El defensa del Norrby IF, de la tercera división de Suecia, logró hacer el primer hat-trick de su carrera profesional, durante un partido jugado contra el Tvaakers IF.
El triplete merecía, según el jugador, ser celebrado desde fuera del campo; por lo que Dresevic saltó la valla, subió a la grada y se aplaudió a sí mismo desde una butaca.
Lejos de emocionarse, el árbitro le enseñó su segunda amarilla, que se convirtió en roja.
Fuente: Terra
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