Hace unos días, la Agencia Estatal de Meteorología de España, activaba una alerta naranja por fenómenos costeros que afectarían a algunas zonas del Mediterráneo, concretamente a las provincias de Almería, Granada, Melilla y Málaga. Lo llamaron meteotsunami. Un término bastante desconocido en la región, principalmente por lo inusual.
Entre todas las zonas afectadas, el domingo y el lunes, por este tsunami meteorológico, es decir, todas las costas de Andalucía (excepto Huelva), la Costa del Sol, una zona costera del sur de la península, conocida por su excelente clima y por ser el destino turístico más frecuentado, sufrió este temporal marítimo que dejó daños materiales importantes e imágenes insólitas. De hecho, la zona costera de Málaga, probablemente se llevó la peor parte.
Fuengirola, castigada por el temporal marítimo
Numerosos municipios de la costa como, por ejemplo, Torremolinos, Estepona o Fuengirola, sufrieron los efectos de este temporal o tsunami meteorológico, y tuvieron que poner en marcha medidas excepcionales y urgentes para recuperar sus playas, chiringuitos y paseos marítimos en un tiempo récord, en vista de la cercanía de las vacaciones de Semana Santa y la más que probable avalancha de visitantes.
Quienes han vivido en Fuengirola desde hace más de 40 años, afirman que no habían visto nunca nada semejante. Y, si bien es cierto que, a lo largo de los últimos años, los temporales son cada vez más virulentos y han llegado a arrastrar mucha arena de las playas, para muchos lugareños, el vivido hace unos días, más parecía un mini tsunami que un temporal marítimo a la vieja usanza.
Las playas de El Castillo, el Centro de Fuengirola y Carvajal, han sido las más castigadas. La erosión del fuerte oleaje ha disminuido la amplitud de sus playas. En estas zonas, el agua del mar ha alcanzado el muro de la ribera, provocando daños materiales en el mobiliario, al mismo tiempo que ha desplazado la arena hasta la acera y calzada del paseo marítimo.
En la zona del Castillo, el mar entró en el río y subió corriente arriba inundando los aledaños del río Fuengirola, dejando el Parque Fluvial anegado. Al mismo tiempo, los cerca de 8 kilómetros de playas de Fuengirola han perdido mucha arena, arena que, en gran parte, quedó depositada en el paseo marítimo y en los chiringuitos situados a pie de playa.
Pero, ¿qué es este fenómeno meteorológico nuevo para muchos?
¿Tsunami meteorológico o mini tsunami?
No hace mucho, los científicos han descubierto que existen otro tipo de ondas oceánicas que tienen las mismas escalas temporales espaciales que las ondas de tsunami digamos “convencionales”, pero que no están provocadas por un evento sísmico, sino por la formación de fenómenos atmosféricos intensos.
Por lo tanto, para los científicos, este fenómeno nada tiene que ver con los tsunamis y solo lleva parte del nombre. Sin embargo, aunque pueda parecer normal, se trata de un fenómeno meteorológico excepcional y no es nada sencillo que pueda formarse.
Según explicaron los científicos de la NOAA en abril de 2019, de media unos 25 meteotsunamis impactan en la Costa del Este de Estados Unidos cada año. En los Grandes Lagos, incluso más, unos 126 veces al año.
Hace falta que la velocidad de propagación de un frente atmosférico sea similar a la velocidad del movimiento del oleaje, que haya vientos muy fuertes del sudoeste en la troposfera superior y algo de calma en la inferior. Es entonces, y solo entonces, cuando se produce una especie de efecto de resonancia que transmite toda esta energía de la atmósfera al mar y la amplifica generando lo que se conoce como “meteotsunami”.
Un tsunami, por el contrario, aunque también sea una secuencia de olas fuertes y de gran tamaño, no tiene su origen en las condiciones meteorológicas. Para ampliar información sobre lo que es un tsunami, te recomendamos la lectura de nuestro artículo educativo: “Tsunamis. Terminología”.
El peligro de algunas olas de los meteotsunamis
Sin embargo, aunque las olas de los meteotsunamis no sean como las de un tsunami, no hay que menospreciar este fenómeno. Algunas pueden ser lo suficientemente grandes y potentes como para causar estragos. Se han visto meteotsunamis cuyas olas han alcanzado los 1,8 metros (6 pies) o más.
Pueden producirse en muchos lugares diferentes del mundo, incluyendo los Grandes Lagos, el Golfo de México, la costa Atlántico, el Mediterráneo y el Adriático.
Destacar como ejemplo que, anteriormente al meteotsunami que alcanzó el sudoeste de Florida, el Servicio Nacional de Meteorología midió vientos de hasta 87 kilómetros por hora (54 millas por hora). También activaron alertas por tornados en Naples y las olas previstas eran de aproximadamente medio metro (1,7 pies), aunque más tarde finalmente alcanzaron a los 1,5 metros (5,04 pies) durante el embiste del meteotsunami.
Por supuesto que, durante el azote de un meteotsunami, el peligro son las olas. Y, aunque algunos pueden ser bastante leves y apenas causar impacto, hubo uno destacado en Croacia, en junio de 1978. Las olas llegaron a medir cerca de 6 metros (19,5 pies) y cruzaron el mar Adriático hacia la costa.
Por desgracia, también pueden llegar a ser mortales.
En 1929, una ola de 6 metros de altura arrastró a diez personas del litoral hasta la muerte en Grand Haven, Michigan. En 1954, ola ola, de tres metros de altura, azotó la costa de Chicago y arrastró a varias personas del espigón. Siete de ellas murieron ahogadas.
El meteotsunami que azotó la bahía de Nagasaki el 31 de marzo de 1979 llegó a formar una ola de 5 metros. Causó tres víctimas mortales.
Según los datos obtenidos por la boya del Puerto de Málaga, en la madrugada del 4 de abril de 2022, en Málaga las olas llegaron a alcanzar los 5,6 metros de altura.
Afortunadamente, aunque cuantiosos, los daños materiales fueron los únicos y no se produjeron daños personales.
Los famosos Baños del Carmen, de Málaga, volvieron a verse inundados por las olas del mar, causando daños en las instalaciones.
Lo que parece haber quedado claro a toda la población es que, aunque meteotsunami no tenga nada que ver con un tsunami, ni con un mini tsunami, puede ser bastante destructivo y peligroso.
Fotografía1. Imagen de una de las playas de Fuengirola, durante el transcurso del fuerte oleaje provocado por el meteotsunami. Crédito: Juan José Alarcón Adalid.
Fotografía2. Personal de los Servicios Operativos de Fuengirola trabajando en retirar la arena del paseo marítimo. Crédito. Ayuntamiento de Fuengirola.
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