El boom turístico ha convertido a Cancún en la segunda ciudad más cara del país para residir; habitantes aquejan precariedad en seguridad y salud
PUERTO MORELOS, Q. Roo.- A propósito del aniversario 42 de la creación del estado de Quintana Roo el pasado 8 de octubre, visto como una potencia económica de México a partir de las millonarias aportaciones que genera al país por concepto de la industria sin chimeneas (49.93% de todo el ingreso nacional), es el epicentro de compatriotas de todas las entidades que, animados u obligados por los escenarios que vive la nación llegan en busca del “sueño mexicano”: vivir en un paraíso donde el turismo puede dar oportunidad de crecimiento a todos.
Quintana Roo abre sus puertas tanto a visitantes nacionales como extranjeros, sólo que ya no es el Quintana Roo de hace 42 años, pues a las cifras que arroja el censo poblacional se suma la de población flotante, muy numerosa ya que estaríamos hablando de alrededor de un millón 800 mil personas.
La seguridad pública es la tarea prioritaria para las autoridades, puesto que hoy se tienen entornos donde no se sabe quién está viviendo al lado y ya se han detectado casos de violadores, secuestradores, refugiados, ex paramilitares, asesinos, misóginos, delincuentes de cuello blanco que se mezclan entre los diversos círculos para sobrevivir.
Quintana Roo crece con dinamismo sin par. Sigue siendo foco de atracción para miles de personas, principalmente de estados de la zona sureste que siguen llegando en pos de mejores oportunidades de vida que en sus entidades tienen canceladas. Pero también crece en sus problemas, que se convierten en el reto diario de ciudadanos y autoridades para enfrentarlos.
“Muchos son los connacionales que arriban pero también, y a veces más, los que se van decepcionados por la soledad, el a veces complicado proceso de adaptación o de entender que, en este destino con vocación turística, se trabaja, y duro, más que lo que se disfruta a veces, para lograr el anhelado crecimiento económico que tantos buscan”, define María Soledad Foyo Niembro, quintanarroense desde hace 28 años y recién designada directora del Instituto de la Mujer en el municipio de Puerto Morelos.
“Muchos son los connacionales que arriban pero también los que se van decepcionados por la soledad al entender que en este destino se trabaja y duro, más que lo que se disfruta a veces”
El municipio de Benito Juárez, que alberga la ciudad turística de Cancún y hasta antes del 6 de enero de 2016 controló la otrora delegación de Puerto Morelos, concentra poco más de un millón y medio de habitantes, lo que habría de significar que hay una oportunidad para más de un millón de personas. Para Foyo Niembro, esa oportunidad se materializa en personas que han logrado el sueño a base de trabajo, decepciones y soledad, pero también de esperanza: “porque lo importante aquí es que muchos se sienten exitosos o logran el éxito tan sólo porque han logrado darle a su familia un patrimonio. Otros miden o encuentran ese éxito por el hecho de darle a sus hijos estudios, y otros porque en verdad han hecho gran riqueza a partir de un negocio vinculado al turismo”.
Hace más de cuatro décadas, Cancún era una aldea de pescadores que no rebasaba los cien habitantes. Su población se dedicaba a la siembra de copra y paulatinamente fue convirtiéndose en el mejor, más importante y exclusivo sitio turístico de la república mexicana, clave en la industria sin chimeneas en todo el continente americano. Referido en mapas como Kankun, que en maya significa “nido u olla de serpientes”, de ser un lugar semidesértico, prístino e inexplorado hoy tiene un amplio renombre mundial.
De acuerdo con un análisis publicado por Forbes México, Cancún ocupa el cuarto sitio entre las ciudades más caras para vivir en México, al costar el metro cuadrado de construcción 12 mil 198 pesos. Aquí se suma la problemática visible entre la población, que es aposentarse en viviendas paupérrimas, de superficies reducidas y a veces carentes de servicios públicos en tanto avanza la mancha urbana.
Mercer, consultora especializada en recursos humanos, también ubica a Cancún como la segunda ciudad más cara para vivir, según el ranking anual Costo de Vida Nacional 2014-2015, que hizo los costos comparativos de 182 productos y servicios agrupados en nueve rubros: vivienda, alimentos, transporte público, educación, entretenimiento, vestido y calzado, cuidado personal, aparatos y accesorios domésticos y salud.
QUINTANA ROO EN CIFRAS
1,800,000 habitantes
88% de población urbana y 12% rural
9.1 es el grado de escolaridad con secundaria terminada
6 de cada 10 habitantes hablan lengua indígena
26 grados centígrados es la temperatura media anual
Cancún se divide en dos áreas: la parte continental, donde se encuentra la ciudad, y la otra es una isla de 26 kilómetros de longitud donde está ubicada la zona hotelera con sus hermosas playas. Isla Cancún, que asemeja un número siete, está delimitada al norte por bahía de Mujeres, al este por el mar Caribe y al oeste por la laguna Nichupté.
“Vivir en este paraíso tiene consecuencias, visibles y no visibles, satisfactorias y otras no, porque el residente ha pagado en cuestión de salud, seguridad y educación. Hasta la falsa idea de que por ser un clima cálido rodeado de litorales hace suponer que quienes vivimos aquí estamos todo el día en la playa y no es así. Aparte, el pago de enfermedades, médico, transportación, alimentación, educación, vivienda, uf”, explica Angélica Morales, oriunda de Ciudad de México, afincada en Cancún hace 16 años y propietaria de una firma que ofrece paseos turísticos y de buceo en el destino.
Madre de dos hijos nacidos en Cancún, Angélica afirma que hay dos factores para quien decide cambiar su residencia a esta ciudad-balneario: “El primero es estar convencido de que vienes a quedarte, de que no vienes a probar suerte. Para sobrevivir, primero, y si logras colocarte, seguir viviendo en el paraíso”.
Cancún es también la capital económica de Quintana Roo, entidad con crecimiento anual al 5%, la segunda del país en crecimiento económico. “Es un ejemplo nacional de crecimiento, de derrama económica, generación de empleos y de bienestar para la gente, pero eso hay que cuidarlo porque las familias quieren progreso, tranquilidad, seguridad”, agrega Jesús Pool Moo, representante de gobierno del estado zona norte.
“Cancún es un ejemplo nacional de crecimiento, generación de empleos y de bienestar para la gente, pero eso hay que cuidarlo porque las familias quieren progreso, tranquilidad, seguridad”
Una parte del sector comercial vinculada a la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), que dirige en Cancún Juan Carrillo Padilla, realiza frecuentes encuentros con mandos de la Gendarmería Nacional destacamentados para conocerse y colaborar mejor en la prevención del delito. Aseguran que hay menos reportes, pero sigue siendo elevada la cifra de robos a mano armada, a comercios y trabajadores.
Sobre la delincuencia de alto impacto, el abogado Ludwig Vivas Arjona, ex subprocurador de Justicia en zona norte, ahora con un cargo en la Secretaría municipal de Seguridad Pública de Cancún dice: “No queremos que Cancún se vuelva un Tepic con reos y procesos federales, pero también falta que la ciudadanía cambie el chip y adopte la cultura de la denuncia”.
Con ciudadanía de 62 nacionalidades, en Cancún se convive en un entorno caro: en el caso del transporte público, si un padre de familia tiene tres hijos que van a la escuela y necesitan tomar dos vans o camiones para llegar al centro de estudios, más el pasaje de la mamá se gastarían 72 pesos para llevarlos y otros 72 pesos para recogerlos, en total 114 pesos diarios de pasaje, cuando el salario mínimo es de 70 pesos y los sueldos de la zona están de 300 a 400 pesos por día.
Los destinos turísticos de Quintana Roo representan un 50% del Producto Interno Bruto turístico del país. Las aportaciones rondan los 100 mil millones de pesos por turismo, a las arcas federales. Sin embargo, es algo que no se ve retribuido en el tema de salud y educación, o al menos es un tema pausado, pues siguen encontrándose unidades hospitalarias con alta demanda, o sin equipamiento, infraestructura idónea o personal.
Fotos: David Zarco
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