Los afectados, entre los que hay varios menores, necesitan ayuda urgente; aseguran que el fuego que acabó con sus palapas en El Fortín fue provocado
CANCÚN, Q. Roo.- Dicen que después de la tempestad llega la calma, pero para tres familias de la ciudad de Cancún que en un voraz incendio perdieron sus viviendas y todo lo que estaba dentro de ellas, solamente ha llegado la desesperación que da el desamparo y la incertidumbre de haber perdido el patrimonio logrado con el trabajo de toda una vida.
Estos desventurados habitantes de la colonia irregular El Fortín, Región 237, quedaron literalmente en la calle, en la inseguridad y con hijos que alimentar, educar y salvaguardar.
TELÉFONO DE AYUDA: (998) 142 8074
Uno de ellos es doña Selena Juanita García, con dos pequeños de dos y siete años de edad, con ocho meses de embarazo que la tienen cansada constantemente, con la desolación acuestas y un futuro incierto.
Las familias de don Moisés Venancio, Beatriz Adriana Mayorga y de doña Selena Juanita encontraron inmediatamente el respaldo y solidaridad de sus familiares y de acomedidos vecinos, preocupados por ellos.
Desde las primeras horas de este sábado, mujeres y hombres pusieron manos a la obra para levantar los escombros y limpiar los terrenos que se vieron envueltos en llamas el viernes pasado por la tarde.
Los más entusiastas eran los niños, que con carretillas y escobas levantaron ropa quemada, plásticos, pedazos de muebles y aparatos, y todo aquello que el fuego envolvió ese trágico día.
Quienes nunca aparecieron por la zona fueron las autoridades locales que encabeza el presidente municipal, Remberto Estrada Barba, a quien precisamente le pidieron ayuda el mismo día del terrible siniestro en un evento público al que asistió en el parque principal de la Región 237.
La incertidumbre que los embarga no solamente es por las pérdidas materiales, sino por la presencia de un joven de nombre Carlos Eduardo y que todo el vecindario califica de peligroso. Aseguran que él incendió la casa de su madre, doña Beatriz Adriana Mayorga, y que en cuestión de minutos se propagó por las otras dos palapas.
Consideran que fue una venganza del muchacho de 17 años de edad porque su mamá lo denunció a la policía por el robo de seis mil pesos (aunque quedó en libertad) y por haberlo internado en un centro de rehabilitación para que dejara las drogas. Denuncian que por las noches ingresa a robar a los domicilios y que es capaz de cualquier locura, como ya lo demostró.
Las familias siguen a la espera de apoyo de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de los quintanarroenses de buen corazón. Necesitan urgentemente ropa, zapatos, cobijas, medicinas, y por supuesto, alimentos que les ayuden a atenuar sus necesidades en estos momentos. Si usted quiere sumarse, comuníquese, por favor, al (998) 142 8074.
Fotos y video: Francisco Javier Robles
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