Escuche mientras lee: “Tell me lies” (miénteme); antesala del auto-flagelo, contrición ad cautelam de las artes amorosas; último recurso en pos de la dignidad ciudadana. Composición del recién muerto que aún duele, Luis Eduardo Aute, en la inmejorable versión del argentino Fito Paez. “Tell me lies i lend you my ears…”En los días recientes, la jauría se soltó. Con todo; con insultos, mentiras, verdades a medias (que también son mentiras), pero además, siempre los mismos integrantes de la jauría (entiéndase el eufemismo para reír a gusto): Joaquín López Dóriga, Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo (que lástima, el dinero lo volvió esbirro), los Ruiz Healy, Pepe Cárdenas y todos esos voceros de los intereses más que conocidos.Al inicio le decía yo al “Blues”, ‘¡no marches Blues!, ¡preparan el Golpe de Estado!’; pero ya luego, burlón, bullymicida, socarrón y hasta sádico –ya ves cómo es éste de irreverente-, me explicó; “calma tus ímpetus, no pierdas de vista que en “BigBrother las reglas cambian”, y ahora, las campañas, precampañas, actos anticipados y panchos preparatorios inician mucho antes; éstas son apenas las primeras mentadas, las preparatorias; lo que viene mi sensiblero Karl, será de registrarse como anal” –del neo-latín ‘analis’, no seáis malpensados-, dijo el Blues de perfil a la ventana encendiendo su pipa como todo buen pose el muy ‘evenflo’.Pero me estoy desviando del análisis que inspira el encabezado. El punto es que, entrado en la lluvia de embates a la figura presidencial, pues sintonicé el canal de la televisión pública –el canal 14- para checar qué tendría que responder el “pejesote” a todas estas voces. En su discurso de forzada máquina diésel, Andrés Manuel habló en esa mañanera de los amparos interpuestos por “grupos ambientalistas” a propósito del Tren Maya, el Aeropuerto y cuanto proyecto federal se trabaje.Y reflexionaba el jefe del Ejecutivo, “¿y dónde estaban entonces”?, mientras citaba conocidos ecocidios como la desaparición –ora sí que “forzada” jojo- del emblemático cerro San Pedro en San Luis Potosí para explotar la beta de oro que había debajo, y entonces vino a mi mente la misma pregunta, pero para los “ambientalistas” de Quintana Roo.
Para empezar, habría que aceptar la vergüenza por ejemplo, de que, el más importante de ellos, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) en Cancún, no es más que una agencia que ha abultado los bolsillos de sus principales dirigentes quienes se hicieron los ciegos con todos los ecocidios que representó la construcción de cada vez más cuartos de hotel, aniquilando cientos de hectáreas de manglar, destruyendo las dunas marinas de todo el cayo.
El mismo grupo que se convirtió en cómplice del crimen de Lesa Naturaleza que significó la devastación del manglar de Puerto Cancún por instrucciones del entonces presidente de la República, Felipe Calderón a través de un excelente montaje que escenificó un despido público del entonces delegado de Semarmat, Rafael Muñoz Berzunza, a quien, dicho sea de paso, no se le fincó ninguna responsabilidad jurídica, no obstante que fue acusado públicamente de corrupto.
El Cemda, quien sigue en absoluto silencio no obstante que el relleno sanitario de Cancún se ha convertido en un Tiradero a Cielo Abierto por el incumplimiento de la NOM-083-SEMARNAT-2003, que no hace absolutamente nada para tratar de gestionar la reparación del terrible daño que la “empresita de cuarta” Intelligencia México ha generado a los mantos freáticos –¡el Acuífero Maya, carajo!- por el patético servicio de recolección de Residuos Sólidos Urbanos (RSU); y mejor dejo hasta allí los ejemplos de Cemda porque pudiera no acabar.
Y qué me dice usted de las organizaciones que responden a los intereses de auténticos devastadores, po…
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