Un porcentaje importante de sobrevivientes sufren más depresión, ansiedad y otros trastornos mentales, incluso cuando los síntomas de la enfermedad han sido leves.
Una investigación realizada entre los registros de 153,848 veteranos en Estados Unidos encontró que trastornos mentales como la depresión o la ansiedad, así como el insomnio y consumo de opioides eran comunes incluso entre personas que no tenían ningún diagnóstico ni tratamiento de salud mental dos años antes de infectarse de COVID-19.
Sin embargo, luego de contagiarse con el virus SARS-CoV-2, los sobrevivientes presentaron un 80% más probabilidades de desarrollar problemas neurocognitivos, un 41% más posibilidades de tener trastornos para dormir y un 39% más de pasar por trastornos depresivos.
Adicionalmente, más del 18% de quienes enfermaron de COVID recibieron un diagnóstico o una receta por un problema neuropsiquiátrico al año siguiente de la infección.
Debido a la gran cantidad de infecciones que se han registrado en Estados Unidos a lo largo de la pandemia, los investigadores hicieron un llamado a brindar tratamientos adecuados a quienes viven secuelas de COVID para evitar una crisis mayor, pues pueden ser millones de personas.
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