Las FARC y el gobierno firmaron el final del conflicto armado ayer en Cartagena de Indias preparándose para un complejo proceso hacia la paz
CARTAGENA DE INDIAS, Colombia.- Cartagena de Indias vivió ayer una jornada histórica. Tras más de medio siglo de conflicto armado entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno colombiano, la ciudad caribeña fue testigo la tarde del lunes de la firma de la paz entre ambas partes. “Bienvenidos todos, siéntanse en su casa. Ustedes saben que Cartagena es nuestra joya, la Ciudad Heroica que ya no solamente será heroica sino que será la Ciudad de la Paz”, comentó el presidente Juan Manuel Santos.
El presidente de Colombia Juan Manuel Santos entregó un pin al líder de las FARC, alias ‘Timoleón Jiménez’, quien se lo puso en su camisa blanca. Entonces ambos se dieron el esperado apretón de manos, tras estampar sendas firmas con un “balígrafo”, una pluma construida con restos de las balas de la guerra. Así quedaba rubricado un acuerdo de paz que se ha hecho esperar 52 años. “Ya no habrá espacio en Colombia para la política basada en la violencia”, zanjó Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas.
En una ceremonia teatral y poética, antecedida por una tormenta que estuvo a punto de complicar el evento, resaltó la presencia de líderes latinoamericanos como el cubano Raúl Castro y el venezolano Nicolás Maduro y los equipos negociadores del Gobierno y de las FARC. Entre los 2 mil 500 invitados había 15 presidentes, 27 cancilleres y tres ex presidentes, además de los máximos representantes de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El acto arrancó en la Plaza de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena con el himno de la República, interpretado por un coro de niños de una orquesta local. Tras un emotivo minuto de silencio por todos los colombianos ausentes por el conflicto, se celebró un homenaje a las víctimas, que se calcula que ascienden a ocho millones.
“Pedimos a los violentos no más repetición”, cantaban las representantes de los afectados por la violencia. Hasta la ceremonia viajaron 250 víctimas invitadas desde las zonas más golpeadas (Caquetá, Putumayo, Huila, Antioquia, Nariño y Valle del Cauca).
“Pedimos a los violentos no más repetición”
La jornada había comenzado con un acto a puerta cerrada del presidente colombiano con la cúpula militar y de la policía. “Esto que estamos firmando el día de hoy es su victoria, la victoria de nuestras Fuerzas. Ustedes realmente son los responsables de que estemos dando este paso en la Historia de Colombia”, aseguró el mandatario, que a mediodía asistió a una ceremonia litúrgica en la Iglesia de San Pedro Claver, oficiada por el Cardenal Pietro Parolín, Secretario de Estado del Vaticano, quien dijo que el Papa Francisco “siempre ha apoyado el respeto de los derechos humanos y de los valores cristianos que se hallan en el centro de la cultura colombiana”.
“Este proceso es la iniciativa más fuerte que se haya hecho nunca para acabar con la guerra en Colombia”, dice Alejandra Mahecha, que con sólo 21 años defiende a los jóvenes en la Mesa Nacional de Víctimas. Sin embargo, cree que los acuerdos han quedado cojos en varios puntos, como el problema pendiente del narcotráfico. Para Luis Escobar, que dirige la organización Redepaz, las víctimas (que suman más de ocho millones, en un país de 48 millones) son hoy “las grandes constructoras de paz” en Colombia. “Su papel es fundamental a la hora de reconocer la importancia de la reconciliación y el perdón y estar dispuestas a abrazar a sus verdugos”, opina.
8 millones de víctimas ha causado el conflicto
La firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera (como se llama el pacto alcanzado) no escapó ayer de la división que vive la sociedad colombiana desde que se programó el Plebiscito, que se celebrará el domingo 2 de octubre. Los promotores del No, encabezados por Álvaro Uribe, cabeza del partido conservador Centro Democrático, y el ex Procurador General de la nación, Alejandro Ordóñez, organizaron una cadena humana junto a varios miles de simpatizantes, acusando a Santos de utilizar la ceremonia para influir en la población.
“Este proceso supone también un inmenso desafío porque ahora tenemos que comenzar a construir esa paz entre todos los colombianos. Ojalá todos, todos los colombianos, sin distinción, los que han sido opositores y los que no, nos podamos unir para construir esa paz”, replicó Santos.
Las encuestas sobre el Plebiscito bailan llamativamente según de dónde vengan, pero un promedio fiable ahora mismo sería pronosticar que el 50% de la población con derecho a voto participará, y entre estos votantes el Sí ganaría con cerca del 60% frente al más del 30% que se inclinaría por el No. Hay un chascarrillo desde hace tiempo en Bogotá, la capital, según el cual los colombianos salen a la calle para celebrar las victorias de la selección de fútbol pero no para manifestarse en favor (o en contra) de los acuerdos de paz. Unos acuerdos que ayer pusieron fin a una guerra de 52 años. Sólo el tiempo refrendará su validez.
Fuente: El Mundo
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